Entrevistas


Estrés y alimentación

¿Cómo definen el estrés?

EL estrés es una función normal del organismo que nos permite adaptarnos a los cambios de la vida cotidiana. Podemos decir que NO HAY VIDA SIN ESTRÉS, lo importante es discriminar entre lo que denominamos vulgarmente “estrés bueno o eutrés” o “estrés malo o distrés”.
El estrés bueno o eustrés es el que nos ayuda a enfrentar desafíos, un ejemplo de esto podría ser hablar en público, rendir un examen o responder una pregunta como esta , por ejemplo. Es importante resaltar que este tipo de estrés es una función normal del organismo, es el estrés que padecemos todos lo días. Nos ayuda a mantenernos alertas. Es el que nos prepara para actuar o escapar ante una posible amenaza, por dicho motivo hay una activación general del organismo: el ritmo cardíaco se acelera, la respiración se hace más agitada, se aumenta la tensión en la musculatura.
Por ejemplo en condiciones de enfrentar desafíos, nos permite resolver objetivamente las dificultades de la vida cotidiana, nos ayuda a desarrollar capacidades y destrezas y hace que reaccionemos, en el mejor de los casos, de manera positiva y creativa, por lo tanto este tipo de estrés resulta una función adaptativa.
Ahora cuando esta respuesta de estrés se mantiene durante un tiempo es decir se hace crónico o continuo y es  de modo excesivo e intenso, hablamos de  estrés malo o distrés. Este tipo de respuestas resultan inadecuadas y desproporcionadas, terminan agotando la capacidad del sujeto, originando alteraciones físicas y psicológicas de todo tipo afectando el sistema nervioso, cardiovascular, endocrino, hormonal e inmunológico, generando así un desequilibrio en nuestro cuerpo y favoreciendo la aparición de enfermedades. A esto lo llamamos “cascada del estrés”.
Es importante resaltar que cuando vulgarmente hablamos de estrés, nos estamos refiriendo a esto, es decir que llamaríamos estrés a aquel proceso en el que las demandas externas o internas superan la capacidad adaptativa de un organismo.

¿Qué puede estresarnos?

Aquello que nos estresa lo llamamos estresor. Los estresores pueden ser tanto los sucesos cotidianos, como la falta de descanso por ejemplo o también aquellos sucesos que llamamos vitales como muerte de un ser querido, mudanza, divorcio, casamiento.
Pero lo más importante para destacar es que cualquier circunstancia que sea evaluada desde lo racional o lo emocional como una amenaza nos va a estresar. Entonces lo importante de resaltar es que la amenaza puede ser de origen externo pero también puede ser de origen interno: es decir de orden psicológico, por ejemplo nuestras creencias o la interpretación que hacemos nosotros mismos de los hechos que muchas veces no coinciden con la realidad. Es por eso que decimos que en el estrés “no importa lo que sucede sino lo que yo creo que sucede”. Esto es lo fundamental.

¿Qué relación hay entre el estrés y la obesidad?

Por un lado me parece importante mencionar que el estilo de vida acelerado “todo ya, rápido y en el menor tiempo posible”, yo lo llamaría la cultura de la inmediatez, hace que la mayoría de las veces consumamos “comidas rápidas” y no un almuerzo saludable. La prisa y las obligaciones, por lo general, nos llevan a comer muy rápido, no desayunar y cenar más abundantemente, por ejemplo.
Pero también hay que aclarar que luego de descartar etiologías endógenas las causas más comunes del sobrepeso u obesidad son el sedentarismo e ingesta excesiva o inadecuada de alimentos.
Tendríamos que tener en cuenta que nuestros antepasados comían para conservar el instinto de supervivencia, en cambio, en la actualidad es muchas veces el displacer o la ansiedad quien nos empuja a buscar instintivamente o emotivamente la comida como forma de autorrecompensa. Cuando se trata de combatir el estrés con comida, se activa el centro de recompensa de tu cerebro, pero cuando el bienestar inicial desaparece, se recurre nuevamente a aquello que te ha relajado y te hizo sentir bien: la comida.
Antes  mencionamos  que las amenazas pueden provenir de origen interno,  podemos decir que los estados de ánimo y las emociones juegan un  rol importante en el modo de actuar y muchas veces influyen en el consumo de los alimentos, ya que la alimentación  actúa  como una forma de regulación emocional, es  decir que los desbalances afectivos influyen en la conducta alimentaria.
Es importante agregar que el apetito o deseo de ingerir alimentos está regulado por diferentes estructuras situadas en el cerebro. Estas estructuras forman lo que se denomina centro del apetito y sus componentes son el centro del hambre y centro de la saciedad, por eso cuando el centro del hambre se estimula, favorece la aparición de la sensación de apetito. Esto sumado a que estrés y ansiedad van de la mano, y la ansiedad normalmente nos lleva a comer más y en ese momento en donde utilizamos la alimentación como descarga no elegimos alimentos “Light” sino que tenemos la necesidad de incorporar alimentos con grasa o dulces para obtener sensaciones compensatorias.
La respuesta ante el estrés es un estado tenso, alerta, excitado, que prepara a la persona para enfrentar el riesgo y los peligros. Podriamos decir que terminada la situación estresante, el cuerpo se relaja y todo vuelve a la normalidad. Recordemos que cierta “cantidad de estrés” en la vida puede ser provechosa para las personas, resultando útil estar alertas muchas veces, pero  el riesgo comienza cuando esta demanda se vuelve EXCESIVA, produciendo un aumento de la liberación en el cuerpo de la hormona llamada CORTISOL, esto hace que el cuerpo sea menos sensible a la LEPTINA: hormona que le avisa a su cerebro que “usted está satisfecho” por lo tanto se  genera  mayor apetito  y deriva muchas veces en obesidad.
También pueden  desatarse una serie de complicaciones que trastornan el equilibrio del organismo dan lugar a otras las enfermedades.
Hay que terner en cuenta que esto termina convirtiéndose en un círculo vicioso, ya que los malos hábitos nutricionales y/o los abusos pueden causar más estrés aun consumiendo demasiada cantidad de azúcar, cafeína, alcohol, sodio y grasa y muy pocos nutrientes, y recordemos que un cuerpo mal nutrido es más susceptible a enfermarse.


¿Cómo se controla el Estrés?

Podemos decir que el ritmo de vida que llevamos, la prisa y la suma de actividades diarias nos lleva a comer más rápido, no desayunar y cenar abundantemente. La alimentación es a menudo la primera víctima del estrés excesivo, produciendo desequilibrios en la dieta. Estos serían hábitos que hay que cambiar.
Deberíamos saber que la actividad física es una válvula de escape natural para reducir la presión que el estrés nos produce, es decir todo las modificaciones y activaciones que sufre nuestro cuerpo durante el estrés se descargarán realizando actividad física aeróbica.
Un moderado aumento en la actividad física, (30 minutos tres veces por semana como mínimo) sumado a una mejor nutrición determinará cambios favorables en nuestro estado de salud y bienestar general. La meta: mantener estable tu nivel de hormonas del bienestar. Así, se generara un estado de satisfacción sin subidas ni bajadas hormonales que lleven a buscar alimentos “buenos para tu cerebro pero malos para tu cintura”.
Por otro lado las personas que están estresadas tienden a descuidar su salud, fumando y tomando alcohol en exceso, así como también por “la falta de tiempo” realizan menos actividad física y reducen sus horas de descanso y tienden a aislarse de la gente es decir a realizar menos actividades sociales. Y se olvidan muchas veces que el apoyo social es una de las variables más importantes en la modulación del estrés. La sensación subjetiva de pertenencia a un grupo social es tan importante como la calidad y profundidad de las relaciones porque la posibilidad de expresar a alguien los problemas disminuye significativamente la percepción del estrés. Por eso para terminar me gustaría dejar una frase para reflexionar: “La alegría compartida es doble alegría y el dolor repartido es medio dolor”.


Lic. Mariana Dell’ Osa












El Dr. Víctor Penchaszadeh es médico genetista, profesor de la Universidad Nacional de La Matanza y miembro del Panel de Expertos en Genética Humana de la Organización Mundial de la Salud

Cual es la relación entre genética y obesidad?

El peso y la masa corporal de las personas están determinadas por la interacción permanente a lo largo de la vida entre la constitución genética y el medio ambiente, la nutrición y las condiciones de vida. La “constitución genética” en este caso se refiere a múltiples genes que regulan el apetito, el procesamiento de los alimentos por el organismo, y la cantidad y tamaño de las células grasas. Es difícil medir cuáles son las contribuciones relativas de la genética y el medio ambiente en la génesis de la obesidad, aunque seguramente ambos son importantes. La actual epidemia de obesidad en todo el mundo obviamente no se debe a cambios genéticos en las personas, sino a los estilos y condiciones de vida y tipo de alimentación, de alto contenido en calorías y poco valor nutritivo.

 Qué se quiere decir, cuando se afirma que la obesidad es una enfermedad genética?


Una enfermedad genética es aquélla en que el factor más importante para su ocurrencia está relacionado con variaciones en los genes. Como mencioné arriba, la obesidad es una típica enfermedad de interacción ambiente-genética. Afirmar que es una “enfermedad genética” es una tergiversación de la realidad y ningún científico serio lo afirma. El componente ambiental es muy conocido: exceso de alimentación de comida “chatarra” (muchas calorías y poco valor nutritivo), poca actividad física y factores psicosociales que influyen en el apetito. El componente genético, en contraste, es aún poco conocido y es materia de investigación. Se piensa que deben existir variaciones en diversos genes que, cuando están presentes en una persona, la hacen mas propensa a desarrollar obesidad cuando se alimenta mal y hace poca actividad física. Entre los genes que se están estudiando hay algunos que podrían influir sobre el apetito. Sin embargo, ninguno de los genes que se han estudiado hasta ahora tiene significación clínica alguna.


Cuál es el tratamiento para lo genético?

Más que hablar de “tratamiento para lo genético” habría que hablar de tratamientos basados en el conocimiento de los factores genéticos que determinan propensión a obesidad. Para poder hacer estos tratamientos, primero hay que encontrar los genes cuyas variaciones influyen sobre el apetito y los procesos metabólicos que llevan a la acumulación de grasa en el cuerpo en respuesta a alimentación inadecuada. Quizás, por ejemplo, un mejor conocimiento de los factores genéticos que influyen en el apetito podría derivar en mejores medicamentos para disminuirlo en forma mas efectiva y sin los efectos colaterales indeseables de los que están en le mercado actualmente. Aún si estos desarrollos ocurren, la prevención y tratamiento de la obesidad continuará dependiendo de controlar los factores ambientales, psicológicos y sociales que la determinan, no sólo porque son mas importantes que la predisposición genética, sino porque los genes no se pueden modificar.

Cómo se explica el traspaso generacional de la obesidad en familias?

Obviamente los integrantes de una familia tienen mas semejanzas genéticas entre sí que con personas no emparentadas. Además, también comparten condiciones de vida y alimentación. Esto explica que es común que la propensión a la obesidad ocurra en varios integrantes de una familia. Ahora bien, los cambios de peso y masa corporal que ocurren en una persona obesa que consigue adelgazar, no se transmiten genéticamente a la descendencia, pues esos cambios no se deben a los genes sino a las modificaciones del ambiente que le permitieron adelgazar (dieta, medicaciones para el apetito, manejo apropiado de factores psicológicos, etc). Dicho esto, es cierto que existe actualmente un campo de investigación llamado epigenética, que estudia posibles cambios en el genoma por efectos ambientales. Nada de eso, sin embargo, se ha encontrado en la propensión a obesidad. Muchas Gracias, Dr. por responder a nuestras preguntas.

1 comentario:

  1. Es clarìsimo como explica la conexiòn genètica ambiente y que està demostrado y que no .Por el modo de escribir , parece un " capo " del tema pero sin soberbia. No son tan fàciles de encontrar estos profesionales . Gracias !!!
    Mariana Felgueras

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